Este año llegamos a la XXX Edición del Seminario de Nutrición Clínica Dr. Abraham García Almansa. Por una parte es una alegría poder celebrar treinta ediciones de este evento ya maduro y consolidado, celebrado en un formato online desde hace cinco años, pero por otra parte es un año un tanto "atípico" debido a la pandemia que está azotando en todo el mundo. Precisamente a ello queremos dedicar esta edición, titulada COVID-19: Aspectos nutricionales, para lo que contamos con la experiencia del Dr. José Eugenio Guerrero Sanz, jefe de Servicio de Medicina Intensiva del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
El Dr. José Eugenio Guerrero recogió recientemente, en nombre de todos los sanitarios españoles, el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
Modera la sesión la Dra. Mª Cristina Cuerda Compés, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y médico adjunto en la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
La COVID-19 es una enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2, que ha alcanzado dimensiones de pandemia. En un 80% de la población suele cursar de forma asintomática o con síntomas leves, pero en aproximadamente un 20% de personas va a producir una insuficiencia respiratoria grave con infiltrados pulmonares bilaterales que pueden evolucionar a un distrés respiratorio agudo y fallo multiorgánico. Se conoce que hasta un 10% de los pacientes que ingresan por esta enfermedad en el hospital van a requerir cuidados en unidades de críticos. Por el momento, no existe un tratamiento etiológico por lo que el abordaje de la enfermedad se centrará en el soporte respiratorio y un tratamiento de mantenimiento con soporte nutricional adecuado y antiinflamatorios, entre otros.
Los pacientes hospitalizados con COVID-19 presentan un alto riesgo de desnutrición, debido a múltiples factores: la disminución de la ingesta, la inflamación aguda generada por la enfermedad, alteraciones gastrointestinales, encamamiento prolongado y aislamiento, entre otros factores, que van a facilitar el desarrollo de desnutrición relacionada con la enfermedad, sarcopenia y disfagia (principalmente en pacientes que hayan necesitado intubación endotraqueal).